No conozco en persona a
Kent Smith y su esposa. Pero Dios unió nuestros caminos para un hermoso
propósito. Nos hemos escrito y
conversamos por teléfono. Él vive en
Virginia, y su intención era venir a visitar Puerto Rico, pero el huracán Irma
pospuso su viaje. Días después del paso
de Irma, conversamos acerca de que era posible venir a la Isla ya que no había
daños significativos, pero llego María, el huracán que cambió la historia de
Puerto Rico.
Durante las primeras
cuatro semanas después del paso de María, me fue prácticamente imposible
comunicarme con alguien. Después de casi
7 semanas logré leer un mensaje de Kent. Brevemente le respondí que todo estaba bien y
que Dios me estaba proporcionando provisión para servir de apoyo a otros. Semanas después pude ver otro mensaje de Kent
donde me preguntaba si necesitábamos algo. En ese
momento ya íbamos por más de dos meses sin electricidad y resultaba
verdaderamente agotador para las personas lidiar con esta situación. De momento se me ocurrió solicitarle baterías
y linternas para repartir. Le hice el
pedido y Kent de inmediato me respondió que podíamos contar con esa ayuda.
Esa misma noche, Dios me
despertó y puso en mi corazón que en realidad no necesitábamos electricidad en
Puerto Rico. Lo que realmente hacía
falta era la Luz de Cristo en nuestros corazones. Esa Luz que hace a un lado cualquier
obscuridad de temor y aflicción y nos llena de fe, confianza, esperanza y una
paz que sobrepasa todo entendimiento. Al
día siguiente le escribí de nuevo a Kent y le expliqué lo que él Señor había
puesto en mi corazón. De inmediato el me respondió que podíamos contar con
algunas biblias en español.
Días después, mi esposa
me llamó del correo casi sin poder hablar de la emoción. Me dijo que las
biblias habían llegado y estaban hermosas. Mi corazón también se llenó de
alegría al saber que contábamos con la verdadera Luz de la palabra de Dios contenida
en estas hermosas biblias. Ese mismo día
se repartieron a líderes y personas que llevan o necesitan conocer el
evangelio.
Dios me ha mostró su
grandeza en esta crisis. Él me dió la provisión y me ha dado la fortaleza para
ayudar a los más necesitados por medio de la repartición de alimentos, agua y
palabra. Pero ahora Dios ha provisto lo más importante que es la luz de su
palabra por medio de estas biblias. Gracias Kent por ser un instrumento de Dios
y darnos este donativo de Luz. Un abrazo y bendiciones.
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