Sólo por medio de un correcto conocimiento de cómo fuimos creados y de las escrituras,
podemos entender por qué el hombre sólo vuelve el rostro hacia Dios ante los
problemas y catástrofes.
Desde Adán y Eva, la naturaleza del hombre es de desobediencia y rechazó a Dios. Toda la historia bíblica habla de lo mismo, de un pueblo judío desobediente, incrédulo, rebelde y soberbio ante Dios. Así es la naturaleza humana. Fuimos creados con libre albedrío para elegir o no la salvación y no ser sólo unos títeres de Dios. Por esta razón el Señor concibió a Cristo desde la misma creación en Génesis como la Luz y el Verbo.
Ahora bien, la misma naturaleza humana es la que lleva a Dios a constantemente recordarnos que podemos elegir la salvación. Por eso dentro de su plan perfecto para el hombre creó las dificultades, las pruebas, el Principio de Dolores hasta llegar al Apocalipsis (que no es el fin del mundo, es el principio de una nueva era). Son situaciones necesarias ante nuestra naturaleza rebelde.
El evangelio a través del temor no funciona. Una vez pasa la situación, sea huracán o temblor, el hombre se olvida de Dios. Sin embargo, el Señor creo estos eventos como "cordiales recordatorios" de lo que ha de suceder. Es una excelente oportunidad para levantar nuestro rostro al Señor y reflexionar acerca de Su plan perfecto para nuestras vidas. Debemos entender que sin confrontación con nuestros errores y faltas NO existe un arrepentimiento sincero y auténtico, sólo cuando te sientes vulnerable, eres capaz de doblar tu rodilla y entender que dependes de Dios, ese es el propósito de sus "recordatorios".
El amor de nuestro Padre es tan grande, que quiere que vuelvas su rostro hacia el no con miedo, más bien con entendimiento que dependes de El y con un profundo y sincero arrepentimiento que te confronte para que el Espíritu Santo empiece a obrar en ti y seas una nueva criatura en Cristo. Ese es el propósito de los "cordiales recordatorios"
La muerte de Cristo por los pecados del hombre, es la mayor muestra de amor en la historia de la humanidad, es el más puro acto de amor y sacrificio para darnos vida eterna. Sin embargo, es nuestra propia decisión elegirla.
Si has levantado tu rostro hacia el Señor por los eventos mundiales, te invito a que lo hagas con sinceridad, arrepentimiento y confianza, acepta a Cristo en tu corazón y comienza a caminar con El para que tengas vida eterna, bebe de su agua y conviértete en luz para aquellos que caminan en obscuridad. Que los frutos de tus acciones sean la evidencia que Cristo mora en ti. Bendiciones.
Desde Adán y Eva, la naturaleza del hombre es de desobediencia y rechazó a Dios. Toda la historia bíblica habla de lo mismo, de un pueblo judío desobediente, incrédulo, rebelde y soberbio ante Dios. Así es la naturaleza humana. Fuimos creados con libre albedrío para elegir o no la salvación y no ser sólo unos títeres de Dios. Por esta razón el Señor concibió a Cristo desde la misma creación en Génesis como la Luz y el Verbo.
Ahora bien, la misma naturaleza humana es la que lleva a Dios a constantemente recordarnos que podemos elegir la salvación. Por eso dentro de su plan perfecto para el hombre creó las dificultades, las pruebas, el Principio de Dolores hasta llegar al Apocalipsis (que no es el fin del mundo, es el principio de una nueva era). Son situaciones necesarias ante nuestra naturaleza rebelde.
El evangelio a través del temor no funciona. Una vez pasa la situación, sea huracán o temblor, el hombre se olvida de Dios. Sin embargo, el Señor creo estos eventos como "cordiales recordatorios" de lo que ha de suceder. Es una excelente oportunidad para levantar nuestro rostro al Señor y reflexionar acerca de Su plan perfecto para nuestras vidas. Debemos entender que sin confrontación con nuestros errores y faltas NO existe un arrepentimiento sincero y auténtico, sólo cuando te sientes vulnerable, eres capaz de doblar tu rodilla y entender que dependes de Dios, ese es el propósito de sus "recordatorios".
El amor de nuestro Padre es tan grande, que quiere que vuelvas su rostro hacia el no con miedo, más bien con entendimiento que dependes de El y con un profundo y sincero arrepentimiento que te confronte para que el Espíritu Santo empiece a obrar en ti y seas una nueva criatura en Cristo. Ese es el propósito de los "cordiales recordatorios"
La muerte de Cristo por los pecados del hombre, es la mayor muestra de amor en la historia de la humanidad, es el más puro acto de amor y sacrificio para darnos vida eterna. Sin embargo, es nuestra propia decisión elegirla.
Si has levantado tu rostro hacia el Señor por los eventos mundiales, te invito a que lo hagas con sinceridad, arrepentimiento y confianza, acepta a Cristo en tu corazón y comienza a caminar con El para que tengas vida eterna, bebe de su agua y conviértete en luz para aquellos que caminan en obscuridad. Que los frutos de tus acciones sean la evidencia que Cristo mora en ti. Bendiciones.
#15minutos
Sencillas recomendaciones para entender la
Biblia.
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