Saturday, July 11, 2020

Es Real (En la memoria de Yayis y su batalla en contra del COVID 19)


¿Cómo te sientes Yayis? -Me siento bien, ya me vio el médico y me estoy tomando las medicinas y nebulizando- Estuvimos conversando unos minutos. Hablamos de la complicada situación económica en Cancún y antes de despedirnos le dije que no se preocupara, que confiara en el Señor quien siempre da provisión. -Te amo- le dije y ella me respondió -yo te amo más-. No me imagine que no volvería a hablar con ella otra vez.

Un par de días después sería llevada de emergencia a la clínica de COVID 19 en Cancún, y conectada a un respirador para luchar por su vida. Fueron 5 agonizantes días agravados por el estricto protocolo de los hospitales para pacientes de COVID 19. No es permitido ni siquiera acercarse al hospital y mucho menos visitar a tu familiar, las zonas están clasificadas como de alto riesgo y el acceso es completamente restringido. Sin embargo, el mismo día que Yayis entró, se las arreglo para que le permitieran enviar un mensaje de texto a su hija, mi sobrina Frida, que decía “Estoy bien aquí todo está muy limpio. Besitos” En esos momentos su oxigenación pulmonar se encontraba en 85%

Los días siguientes fueron de una terrible agonía y zozobra. Debido a los estrictos controles de los hospitales COVID 19 en Cancún. Los mismos médicos y enfermeros deben entrar bajo estrictas medidas de seguridad. Lo hacen en grupo, por tiempo limitado y el numero de pacientes es tan alto, que, a pesar de sus esfuerzos, algunas veces no logran revisar a todos sus enfermos lo cual tienden a empeorar su estado de salud.

Toda la familia se movilizó. Víctor, el padre de la hija de mi hermana, llevo en sus hombros una enorme presión. El se encargo de llevar a Yayis al Centro COVID 19 y movilizarse de mil maneras para que la atendieran lo mejor posible y que pudiéramos recibir información adicional y actualizada de su estado físico. Su carga se incrementó cuando le notificaron que debía firmar una autorización para entubarla en caso de ser necesario ya que su condición empeoraba rápidamente.  La falta de oxigenación estaba afectando su condición.

La autorización solo podía ser firmada por un familiar cercano, padre, madre, hermano o hijo. Debido a la situación y urgencia, la responsabilidad recayó en mi sobrina Frida. A sus 18 años, tuvo que ser llevada a la clínica de COVID 19 a firmar el documento para salvar la vida de su madre en caso necesario.

Por otra parte, la familia se encontraba movilizándose. Uno de los primos, Norman, es un enfermero especializado en pacientes de COVID 19. Hace un mes había resultado positivo al coronavirus. Aun así, se mantuvo visitando a sus pacientes y debido a su fortaleza y compromiso el Señor lo sanó. Norman tomo la decisión de viajar a Cancún para atender personalmente a Yayis. Este proceso es casi imposible debido a los protocolos. Además, de ser posible, la misma clínica le advirtió que seria sin paga y que debía traer su propio equipo de protección, así como cualquier responsabilidad legal recaería sobre él.  A pesar de todos los obstáculos, Víctor y mis padres se movilizaron en solo dos días para conseguir la aprobación para que Norman viajara a Cancún a cuidar de Yayis. La familia se movilizo con todos los trámites y el vuelo estaba programado para el jueves 9 de julio.

Nos manteníamos en oración ya que sabíamos que gracias a la inmunidad que Norman había adquirido, le permitirían estar mas tiempo con Yayis para darle atención. Cuando un paciente de COVID 19 es entubado, requiere otra serie de aparatos, así como la limpieza constante de unos conductos para evitar infecciones y complicaciones. En estos momentos de la pandemia en México, debido a la saturación de pacientes, la falta de enfermeros y al limitado tiempo que pueden permanecer el las salas, resulta complicado dar atención a los pacientes. Esta situación incrementa dramáticamente la tasa de mortalidad. El Señor nos había dado una esperanza al saber que el primo Norman llegaría a cuidar a nuestra Yayis.

La noche del miércoles. Víctor envió al chat de la familia el último reporte médico. Le informaron que Yazmín se encontraba muy grave. No lograban controlar la fiebre, su presión arterial era muy elevada y su pulso se encontraba por encima de las 110 pulsaciones por minuto. Habían sido unos días agotadores y llenos de incertidumbre. A pesar de que mi fe se encontraba puesta en la voluntad del Señor, se estaba lidiando con las crisis familiares momentáneas. Decidí ir al Templo de Gurabo para pasar la noche en oración. Tan pronto como terminé mis horas de trabajo me preparé para ponerme en camino. Durante el trayecto recibí la llamada que uno no quiere recibir nunca. Una de mis primas me llamo para decirme que Yayis había fallecido.

Es en estos momentos cuando podemos comprender la forma en que el Señor sustenta a los que le servimos y perseveramos en El. Así como Lo ha hecho cuando me envía a ayudar personas en tragedia después de un huracán o terremoto, ayudar a los indigentes, orar por un adicto, ministrar a incrédulos o interceder por pastores y endemoniados. Es el Señor quien me llenó de paz y fortaleza por medio del Espiritu Santo para mantenerme tranquilo. Comprendí como POR ENCIMA DE LA FE, ESTA LA VOLUNTAD DEL SEñOR QUE ES PERFECTA Y ACORDE A SUS PROPOSITOS QUE ESTAN POR ENCIMA DE NUESTRO ENTENDIMIENTO. Aceptar la voluntad del Señor es la mejor forma de mostrarle que confiamos en El sin importar lo que pase.

Soy un hombre de Fe, cuando ministro hago énfasis que la Fe está por encima de toda teología o razón humana, sin ella no es posible agradar a Dios. Sin embargo, tengo clara la soberanía de Dios y que nada ni nadie esta por encima de ella, por eso debemos someternos a su voluntad con gozo y obediencia. Yayis fue mi hermana a quien crie como a una hija. A pesar de que solo era un niño, me correspondió cambiarle pañales, prepararle la comida, llevarla a la guardería (cuido), cargarle la mochila, ayudarla con sus tareas, y ser su amigo y consejero. Mas allá de atreverme a cuestionar a Dios por que se llevó a un ser tan humano tan amado, lleno de bondad, buena hija, hermana, madre y amiga. Le doy gracias por su vida, por el tiempo que estuvo por nosotros y por el propósito que hay detrás de su partida.

Uno de los propósitos de su partida es que escriba estas palabras PARA DECIRTE QUE EL COVID 19 ES REAL, tan real como la salvación en Cristo o la condenación eterna. En medio de este dolor tan grande que mi familia y yo estamos experimentando en estos momentos; mi obligación y responsabilidad como cristiano y ministro ante el Señor es que salvaguardes tu alma, más que tu cuerpo. Cristo nos dijo en Mateo 24, que estas cosas sucederían.  Guerras, pestes, hambrunas, falso profetas y peor aún la Gran Tribulación antes de su regreso. Sin embargo, el plan perfecto de Dios para el hombre no es de muerte y condenación, al contrario, es de salvación y vida eterna a través de Cristo. El vino para morir por el perdón de tus pecados fue molido por nuestras rebeliones para que por medio de sus llagas se sanaran nuestras heridas.

 La decisión de morar con el Señor por la eternidad o condenarte tu mismo al lago de fuego del infierno, son tan reales como el COVID 19 que se llevo a mi hermana y puede hacerlo contigo o un familiar. Nadie esta exento, ni la hermana de un siervo o el mismo siervo de Dios.

En medio de este dolor, escribo estas palabras no para evangelizarte a través del miedo. Lo hago por medio de hechos palpables y reales porque me importa tu alma. Es lo más valioso que tienes. Nuestro cuerpo es solo un contenedor efímero para estar en este mudo de forma pasajera. Te puedo testificar que la gracia y misericordia del Señor es la que siempre me sostiene aun en este momento para invitarte a que entregues tu vida a Cristo y PERSEVERES en EL. La vida es importante, mas solo somos peregrinos en esta tierra. Las verdaderas recompensas y bendiciones NO SON MATERIALES, son eternas e intangibles y se reciben por medio de la salvación en Cristo. Si no crees, te invito a que lo hagas, si te alejaste vuelve, si has decidió entregarle tu corazón a Cristo, te felicito el cielo hace fiesta cuando un pecador se arrepiente. Solo es necesario un corazón humilde, sincero y arrepentido por los pecados que has cometido. Pídele al Señor que te perdone, te reciba como un hijo, ofrécele tu corazón para que more en el y que escriba tu nombre El libro de la Vida. Bendiciones.

Gracias a todos los que me llamaron o escribieron Dios los bendiga.


Video en You Tbe siguiente enlace:

https://youtu.be/ncIcxZ24_-A

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