Solamente cuando carecemos de algo le damos valor. Imagínate levantarte en la mañana con un horrible dolor de cabeza por una resaca. No contar con un cepillo o pasta de dientes y ni un Tylenol en tu botiquín. Además tener hambre y no tener nada de comida en tu casa y mucho menos un lugar en donde salir a comprar un huevo, pan o café debido a que simplemente no los hay en tu país.
Cuando el dolor de
cabeza no es por resaca, si no por COVID, no tienes los medicina y además no tienes que comer; el dolor
y el hambre toman una perspectiva diferente.
Esos 6
dólares que gastas en una pasta y cepillo de dientes, un “six” de cerveza o un
“combo” en un “fast food”, pueden convertirse en un instrumento de bendición
para una familia. Esa misma cantidad de dinero nos permite enviar 2 libras de
medicamentos y comida a Venezuela desde Puerto Rico y a Cuba desde México.
La biblia
nos habla en Mateo 24 acerca de cómo en estos tiempos que vivimos el amor de
muchos se enfriará. Cada vez más las personas se alejarán del amor al prójimo y
a Dios. No dejes que tu corazón se enfríe, si aún no le has dado tu corazón a
Cristo, nunca es tarde para hacerlo; si lo has hecho persevera. Tampoco
permitas que tu amor al prójimo se congele, con solo 6 dólares puedes bendecir
a los que son menos afortunados que tú. Bendiciones.
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