Sexo con dolor

Sexo con dolor

 

No es un simple acto de apareamiento biológico. El sexo es un símbolo de unidad, amor y compromiso. Es una expresión intima de afecto entre un hombre y una mujer.  Su profundidad es incomprensible y la misma biblia lo define como un “misterio”. (Efe 5:32-33)

Es un regalo y un privilegio creado para compartir su gozo y delicia exclusivamente dentro del matrimonio. Así como solamente entre un hombre y una mujer. Es un acto puro y sublime de unión en donde los conyugues se convierten en una sola carne, se funden en uno solo y representa el amor más profundo y sincero como el de Cristo por la iglesia (Efe 5:25-33) (Gen 2:24, Efe 5:31)

Dentro del matrimonio, el sexo es de tal importancia, que cada cónyuge no tiene más propiedad sobre su propio cuerpo. El Señor nos indica en la Palabra que los esposos no deben negarse el uno al otro para el momento de mantener relaciones íntimas, a menos que sea por mutuo acuerdo, bajo condiciones específicas y por un periodo de tiempo establecido. ¿Por qué? Sencillamente para evitar que se abra la entrada a las destructivas y dolorosas infidelidades. (1 Cor 7:5)

El matrimonio no es la solución a ningún problema, el contrario, representa retos que solo pueden ser resueltos con amor, compromiso, responsabilidad y esfuerzo. Tampoco trae consigo la salvación, solo Jesús lo hace. Si afirmas tu matrimonio en Cristo y lo colocas como centro de esta unión, los retos serán los mismos. Sin embargo, estará cimentado en el lugar correcto. dentro del orden perfecto de Dios y sus bendiciones.  Su importancia es tan grande, que se le ha otorgado el regalo del sexo.

En un “mundo moderno” y liberal, las relaciones sin compromiso han remplazado de forma gradual la figura del matrimonio por “los amigos con privilegios”. La forma más fácil de tener sexo sin responsabilidad para satisfacer las necesidades fisiológicas de apareamiento.  De esta manera, se convierte en un sexo que satisface tus necesidades físicas pero que destruye tu dignidad, te deja vacío espiritualmente y te aleja del hermoso y perfecto propósito de Dios en tu vida.

La parte mas delicada del sexo fuera del matrimonio son sus consecuencias. Al practicarse fuera de esta unión, se convierte en un tipo de abuso carente de amor. Deja de ser una bendición para convertirse en causa de juicio. Te arrastra a los terribles efectos del adulterio, la fornicación y las maldiciones en tu vida y la de tus seres queridos. Se convierte en un sexo con dolor espiritual, lleno de egoísmo, para satisfacción personal, sin responsabilidad, compromiso y mucho menos amor. (Efe 5:5)

Las daños físicos y espirituales del sexo con dolor son devastadores. El adulterio y la fornicación te llevan a un descontrol sexual que te atrapa en relaciones desiguales y fallidas con personas incorrectas y te acarrean maldiciones en tu vida, las cuales se manifiestan en forma de enfermedades mortales como el cáncer, soledad, depresión, ansiedad, suicidio, drogas, adicciones, desgracias, accidentes, carencias económicas, perdidas de seres amados, y la más grave de todas, es que te condenas a ti mismo y a la persona con quien tienes sexo fuera del matrimonio, alejándolos de la salvación y vida eterna que Cristo te ofrece.(1 Cor 6:9-10)

El sexo con dolor fuera del matrimonio hace un terrible daño que lastima a tus familiares más cercanos como tus hijos, esposo(a), padres y se extiende hasta por varias generaciones. Ante los ojos de Dios está al mismo nivel de rechazo del que asesina. Así de grave es el sexo con dolor. Te lleva a experimentar las más desagradables situaciones en tu vida y la de tus familiares. (1 Cor 6:9-10)

Seas soltero o casado, te invito a que reflexiones acerca de tu vida sexual. No conviertas la bendición del sexo en causa de juicio (maldición). Al final la decisión es solo tuya. Dios no te obliga a no tener sexo con dolor fuera del matrimonio, solo ha establecido reglas para su disfrute, tu bienestar y el de tus seres amados.  

Si te encuentras en una situación de fornicación y/o adulterio, siempre puedes arrepentirte, alejarte y llegar a los pies de Cristo. Si lo haces con un sincero arrepentimiento, recibirás perdón, restauración, sanidad y paz.

Ven a Cristo, ven. Que el Señor te bendiga y te guie. (Juan 14:6)

 

^{Efe 5:25-33}

²⁵ Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, ²⁶ para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, ²⁷ a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. ²⁸ Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. ²⁹ Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, ³⁰ porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. ³¹ Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. ³² Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. ³³ Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

^{Efe 5:32-33}

³² Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. ³³ Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.

^{Gen 24} 

²⁴ Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

^{Efe 5:31}

³¹ Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.

^{1 Cor 6:9-10}

^{Efe 5:5}

⁵ Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. 

^{1 COR 6:9-10}

⁹ ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ¹⁰ ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

^Juan14:6

⁶ Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

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