El segundo de la eternidad. Intimidad con Dios

    Cuando oramos, nos acercamos a Dios y se abre un espacio en el tiempo en donde podemos admirar su grandeza, su misericordia y su infinito amor. Si abrimos nuestro corazón, nos despojarnos de nuestras preocupaciones y egoísmos para concentrarnos en Nuestro Padre, el Espíritu Santo nos llena y nos conmueve hasta la médula con su presencia y nos muestra los misterios del mundo espiritual de la relación con Dios.  Este momento que le ofrecemos al Señor para entrar en comunión con El, nos ofrece la oportunidad de entender como nos escucha y nos responde.

    Cada instante que dedicamos al Señor nos rebosa el alma con su amor. En estos momentos de oración y ayuno, el tiempo pierde toda forma que conocemos. La eternidad se convierte en un segundo cuando estamos con Nuestro Señor.

    Te invito a que te entregues tu vida a Cristo para que seas guiado en el camino de su adoración y alabanza que nos lleva a la vida eterna.  

Bendiciones.

1Pe 3:12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos atentos a sus oraciones

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